2010 - present
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Cómo fabricar un holograma
Empecé mi investigación en la Facultad de Óptica y Optometría de la UAB, donde tuve la oportunidad de fabricar un holograma con equipos avanzados de laboratorio. Descubrí que el principal inconveniente de fabricar un holograma es que en la mayoría de casos se requieren materiales y equipos muy caros, especialmente una mesa capaz de amortiguar cualquier tipo de vibración procedente del suelo. Por eso mi primer paso fue construir una pequeña mesa hecha a base de materiales capaces de amortiguar las vibraciones mecánicas, y la coloqué en el sótano, directamente sobre los cimientos de la casa. En un piso seguramente este sistema no hubiera funcionado.
El siguiente paso fue recopilar todas las lentes, espejos y divisores de haz procedentes de lectores de CD que pude. Compré un láser de He-Ne de 5mW y modo transversal TEM00 a un antiguo aficionado a la holografía, además de una caja empezada de placas Agfa 8E75 y otra de HRT-BB640, diversos químicos, cubetas e imanes. Además monté un sencillo circuito temporizador basado en un 555 y un obturador hecho con un electroimán que tuve que pegar a la pared para evitar que pudiera presentar una fuente de vibración al contacto con la mesa.
Con todo esto, ya estaba listo para empezar a realizar mis propios montajes sobre la mesa. El primero fue un intereferómetro de Michelson, primero en madera y luego mediante peanas con imanes. El interferómetro es capaz de proyectar un patrón de interferencia únicamente cuando la mesa se halla en reposo total, libre de cualquier vibración mecánica, prueba de que la mesa era funcional. Lo siguiente fue tomar una lente de microscopio para abrir el haz láser, medir su densidad de energía a partir del área a la distancia objeto para calcular el tiempo de exposición y exponer las placas en la total oscuridad. Tras varias pruebas de exposición y revelado, aparecieron los hologramas como fantasmas tras el vidrio.
Fantasmas tras el vidrio, la creación de un holograma
Mediante este proyecto de investigación usé la holografía como vehículo para explorar el mundo de la óptica, la física de la luz e incluso la fotografía. Usando métodos y materiales caseros, además de una vieja caja de placas holográficas y un láser de helio-neón de segunda mano, logré fabricar primero un interferómetro de Michelson funcional, y finalmente hologramas de reflexión nítidos (las fotografías no les hacen justicia). El proyecto transcurrió durante mi segundo año de bachiller y recibió el premio CIRIT de la Generalitat de Catalunya.
